La situación actual del mercado de materias primas es muy similar a la que ocurrió en 2008, coincidiendo con la crisis financiera. La caída en el precio de metales como el cobre podría beneficiar al mercado del oro, que podría subir por encima de los 2.000 dólares por onza.
El precio de las materias primas está siguiendo una tendencia similar a la registrada en 2008, cuando la crisis financiera golpeó la economía mundial. Según el analista de materias primas de Bloomberg Intelligence, Mike McGlone, si la caída de los mercados bursátiles globales persiste, tanto el cobre como los metales industriales y el petróleo (cuyo precio ha superado los 100 dólares por barril) estarán más expuestos a la caída de precios.
“Las materias primas han aumentado un 50% en los últimos diez años, mientras que el índice de precios a la producción ha crecido un 30%. Es probable que estos aumentos comiencen a disminuir frente al riesgo de una posible recesión económica y en un contexto de endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal”, dice el analista.
Según Bloomberg Intelligence, el oro y el cobre son los dos metales que serán protagonistas de una importante batalla. Ambos suelen ser extraídos de los mismos yacimientos y el cobre se considera un barómetro de la salud de la economía global, dada su intensa utilización en infraestructuras e industria.
Por otro lado, el oro es una protección contra la crisis económica y la incertidumbre global, por lo que constituye una especie de ‘Yin y Yang’.
Según McGlone, “La acción de la Reserva Federal en un escenario de crecimiento económico más lento y mercados bursátiles a la baja no es buena para los precios del cobre y otros metales industriales, por lo que todo apunta a favor del oro”.
En su opinión, cuando los contratos futuros sobre fondos federales comiencen a anticipar el fin del ciclo alcista de tasas, el metal precioso podrá superar la barrera de los 2.000 dólares por onza.
Por el contrario, las perspectivas para el cobre y otros metales industriales no son tan favorables, en un contexto caracterizado por “una Reserva Federal más intervencionista, una crisis en China y una caída de los mercados de capitales”.
En este escenario, Bloomberg Intelligence considera que el desempeño de los metales en 2022 estará marcado por la batalla entre el oro y el cobre, del cual el metal precioso saldrá definitivamente victorioso: “ambos han aumentado alrededor del 10% hasta ahora, pero el futuro del cobre parece más comprometido dadas las acciones de la Fed. Si el cobre continúa avanzando, el banco central estadounidense será más cuidadoso en continuar controlando la inflación”, afirma el analista.
Además, el oro se beneficiará incluso si los mercados bursátiles internacionales continúan cayendo. A esto también contribuirán el desaceleramiento del crecimiento de la economía china y las nuevas restricciones causadas por el covid-19.